Tomare tu cuerpo
me daré el placer de destrozarlo
Con mis propias manos,
Tus ojos ya sin brillo
contemplaran mi rostro,
Extasiado de tanta belleza
al observar tu muerte.
Una muerte tan bella
como la que lentamente
Yo te regalo.
Y agónico pides piedad, va...
Piedad jamás para un simple y débil mortal
Mas no deseo que aun mueras
no me permitiría aun
Tal desenlace,
debo vivir y tu morir,
debe estar fresca
La sangre derramada en mi copa.
Esa copa que se llena
de tu esencia de vida,
La que me entrega
inmortalidad a mi ser
Y la que hace surgir
esta bestia insaciable de sed y lujuria.
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